Pues sí amigos, otra sección temática en Los Archivos de Typhares. Pensaréis que se me está yendo un poco de las manos esto de que los domingos – y a veces algunos miércoles – haya un post numerado pero sinceramente me apetecía crear una sección sobre cine demencial noventero desde hace tiempo. Las películas de las que hablaré aquí serán principalmente de acción y de hostias aunque de cuando en cuando tocaré otros géneros, a veces serán más famosas que otras pero espero que paséis un buen rato leyendo.

Hoy vamos a comenzar con una macarrada de cuidado titulada Little Tokyo Ataque Frontal. Un filme que dura contando títulos de crédito la friolera cifra de setenta y cinco minutos por lo que si hay que agradecer algo es que no se hace larga, que va directa al grano y que es muy divertida y cafre.
Little Tokyo es una nueva vuelta de tuerca al género de las buddy movies que tan de moda estaba en los años ochenta con títulos como “Dos Súper Duros” o “Socios y Sabuesos”. Con un poli malo en esta ocasión interpretado por el rebelde Brandon Lee que ya hacía sus pinitos y soltabas tollinas como su padre y un poli aún más malo al que daba vida el aún más malo Dolph Lundgrend.
Lo curioso es que en esta ocasión era Lundgrend el apasionado de la cultura japonesa, el que vivía en una réplica de una casa del sol naciente y Brandon Lee que pese a que sus padres eran japoneses él había nacido y se había creado en Detroit. Para darle algo más de enjundia a la parejita Lundgrend había visto desde pequeño como un jakuza mataba a sus padres a lo bestia con una katana y casi lo mata a él pero se defendió y le marcó la cara.

Ya tenemos los protas que se conocen en medio de una –exacto- pelea donde se meten de hostias y acaban de coleguitas. Como actores son malos a rabiar pero tienen química en pantalla y las peleas hay que reconocer que están muy bien hechas repletas de golpes con originales coreografías y chistes malos sobre lo duros que son, pero tampoco desmerecen los secundarios. El malo de turno es Cary Tagawa, el Tsang Tsung de Mortal Kombat, con su eterna cara de “estoy muy cabreado”, el malo que va al lado del malo es Toshishiro Obata (el que estaba al lado del Despedazador de las Tortugas Ninja) y la tía buena de la que el prota se enamora sin venir a cuento pero que enseña las tetas varias veces ¡y que tetas! Es una jovenzuela Tia Carrere que ya nos enamoró a todos en Mentidas Arriesgadas.
Algo de trama se podría decir que hay porque la Yakuza llega a Little Tokyo en Los Ángeles con la idea de distribuir una nueva droga y claro se tendrá que enfrentar a esta nueva pareja de súper polis. A ver no pidáis más que dirigiendo está Mark L. Lester, autor de clásicos como Comando o Curso del 99, películas tan malas, demenciales y divertidas como Little Tokyo: Ataque Frontal. Pero ojo, que de la fotografía se encarga el gran Mark Irwin por eso la espectacularidad está más que asegurada.

Sin embargo si hay que quedarse con algo es con algunas bizarradas que vienen del personaje de Lundgrend como saltar por encima de un coche en marcha que está a punto de atropellarle o en un tiroteo en el que los malos vuelven a demostrar que siempre tienen muy mala puntería vuelca a pulso un descapotable para cubrirse, pero lo mejor son las pintas cuando se pone su quimono de samurái en la escena final y que es realmente patético por lo hortera que resulta.
El personaje de Brandon Lee tampoco es ajeno a las coñas con perlas como “Tienes derecho a guardar silencio, tienes derecho a un abogado y – tras tirar al malo a un bidón de aceite – tienes derecho a morir” tras esto le tira una cerilla para quemarlo vivo por si no estaba suficientemente jodido ya. Para el recuerdo el siguiente diálogo realmente sesudo.
Brandon: “No me extraña, te he visto desnudarte”
Dolph: “¿Qué quieres decir?”
Brandon: “En serio, tienes el pene más grande que he visto en mi vida”
Puro cinema verité. XD